Porqué en mis lágrimas veo, aún consciente de mi ser, los últimos albores de mi amor. Que volar a la muerte no puedo.
No entiendo ése porqué, que a suspirar no llego, por ver que puedes llegar a cambiar, que puedes llegar a amar, como siempre te quise, humanidad.
Siempre con la esperanza y lealtad, en mi mano. Porqué!! Porqué! Ahora esto, si soy el señor, que os dio a luz.
O es que llegar a entender no alcanzáis?
Intentar enseñar imposible me fue, ya que con toda mi fe, envié a mi mejor estrella, mi mejor luz, adoración y canción. Hasta que rescatar no tuve valor. Aunque con el estandarte de la esperanza siempre sucumbió mi razón. Pero perdonadme lucifer!, por favor, que he pecado bajo mi propia creación. A alcanzar no pude, no pude llegar a saber, que todas mis buenas intenciones, tornaron entre sí, para querer superarme incluso a mí.
Y qué más puedo hacer sino perderme en la oscuridad. Pero no puedo! La caída de mi ángel me impide ver, pero al mismo tiempo me obliga a no querer a desprenderme de la labor, o responsabilidad, de no desfallecer en la salvación de los verdugos de tu flagelación, humillación y destrucción.
No quiero vengarte, ya que sería un error. Un error que ni el amor curar alcanza.
Así pues, me entrego a ti mi humanidad. Más con mi poder, o llegáis a comprender. O todos besamos a la madre muerte. Para volver a quedar en soledad. O me disolveré por siempre entre vosotros para redimirme de mi propio ser.
Ebony Eleaden Wamphyri.
Inspiración: Requiem de mozart.
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